Tiempo de juego:
3743 minutos
Agarest empieza bien, llevando la estrategia por turnos a la japonesa, tan lejana de la occidental, al PC, campo donde raramente se ve. Y a priori va bien: muchos personajes que jugar, cierto control (pequeño) sobre su desarrollo por experiencia pero bastante con su equipo y habilidades, alguna decisión ocasional, bien. Sin embargo, esa buena impresión se va perdiendo a medida que avanzamos. El desarrollo de los personajes pronto se ve limitado por el caótico modo en que se pueden comprar/conseguir nuevas armas y skills, que obliga a farmear combates y a jugársela un poco al azar destrozando equipo valioso para ver si nos vale para crear algo útil o no. Los personajes a controlar son muchos, si, pero en realidad sólo suben de experiencia los que luchan, de modo que al final siempre jugamos con los mismos ya que los demás están por debajo en poder y habilidad y no valen la pena; por no mencionar que al final aunque los personajes son muchos, las diferencias entre ellos son pequeñas, y con tres Generaciones jugadas ni siquiera se producen los clásicos momentos en que el grupo debe dividirse para obligarte a jugar con unos u otros. Los combates también son tediosos, porque en la mayoría de las ocasiones, avanzar por un camino implica que una batalla sea contra una combinación de enemigos, la siguiente será contra la misma combinación con uno más de una de las clases, la siguiente con dos... y así hasta que completas el camino, produciendo la sensación de estar repitiendo el combate infinitas veces. La trama también es floja, porque aunque el planteamiento podría dar para más, los personajes pronto resultan prototípicos y estereotípicos, y la trama resulta crecientemente aburrida; lo cual no mejora cuando vemos que las elecciones que tomamos afectan poco más allá de la relación con las tres mujeres que nos acompañan y que podrán ser nuestra pareja en cada Generación (y, la mitad de las veces, el que mejore o empeore la relación con ellas parece aleatorio) y el que avance nuestro medidos de alineamiento hacia luz u oscuridad, lo cual tampoco tiene ningun efecto (y esto si que resulta completamente aleatorio a simple vista).
Gráficamente resulta pobre, con unos gráficos que pertenecen a la época de PS 1 con suerte. Si alguien considera esa época retro, entonces tendrá el encanto de lo retro, pero a mi no me lo parece. Además, la combinación de entornos y algunos enemigos en 3d con personajes en 2d no está nada lograda, y se pierde la belleza de entornos (que además se repiten mucho) hechos a mano como vimos en otros juegos como Trine. La música no está mal, hay pocas piezas pero cumplen, el doblaje está bien pero en japonés, y los efectos de sonido son pobres y muy repetitivos, incluso ralentizando la narración o los combates.
Y todo esto se agrava porque no es un juego nada nada corto. Con probablemente más de 100 horas de juego, a las 20 (más o menos la primera Generación) ya prácticamente has visto todo lo que hay que ver, y a partir de entonces sólo queda repetir, luchar contra los mismos monstruos con nuevas skins, y subir puntos en las skills sin que realmente importen. En resumen, una buena compra para alguien con muchas ganas de un juego de estrategia por turnos japonés, pero al resto probablemente les acabe aburriendo antes del final.
Un 4.
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