Reseñas de Broken Sword 5 - the Serpent's Curse

Broken Sword es una saga bastante consagrada dentro de la industria, un nombre pesado que significa mucho para las aventuras gráficas y cuya calidad global es indiscutible. Sin embargo, también es innegable que su evolución no ha sido la más afortunada, por lo que esta quinta entrega tenía la gran responsabilidad de devolverle la gloria al nombre de la saga que porta, y su resultado final no pudo haber sido más placentero incluso con sus fallitos. Una vez más, el intrépido George Stobbart y la astuta Nicole Collard serán los protagonistas de esta nueva aventura, alejándose del experimento que hizo la cuarta entrega en poner a un desaprovechado tercer protagonista que comprometía la integridad del dúo principal. Como viene siendo costumbre en la saga, la trama arrancará con los protagonistas viéndose envueltos en contra de su voluntad en todo un complot a nivel mundial, mezclando ficción y realidad creativamente y esta vez girando en torno al misterio de “La Maldición de la Serpiente”, como bien hace referencia el título. Uno de los puntos más fuertes de Broken Sword 5, así como del resto de entregas, es que su esencia se mantiene intacta a través de su estilo tan característico a la hora de desarrollar lenta e inexorablemente su trama, sabiendo manejar de forma notable su comedia hilarante con sus momentos más serios, destacando en que la química entre George y Nicole se siente tal y como en la primera entrega, resultando familiares y añejos desde el principio hasta el final. Además de ellos, “The Serpent's Curse” trae de vuelta a viejos conocidos a lo largo de la pentalogía, personajes que bien han podido pasar uno o varios juegos de ausencia total, y sin embargo verlos aquí reunidos manteniendo su personalidad intacta, además de darles un papel a cumplir para con la trama, resulta en un ejemplo de fanservice bien realizado. Y es que haber recuperado su estilo 2D aun conservando efectos en 3D, luciendo unos paisajes hermosos y recreando otros ya conocidos, así como haber recuperado al compositor de los dos primeros juegos hacen sentir a esta quinta entrega más en sintonía con sus orígenes que “The Sleeping Dragon” y “The Angel of Death”. No obstante, esto acarrea también un problema que tiene no esta entrega en concreto, sino la saga a nivel general, y es una carencia de retroalimentación entre sus tramas. Poniéndonos en contexto, mientras que los Broken Sword 1, 3 y 4 conformaban una especie de trilogía al seguir todos la trama de los templarios, el 2 y el 5 tiran más por contar una narrativa propia, con puntuales referencias a momentos vividos con anterioridad, aunque sintiéndose una cierta desconexión a lo largo de la pentalogía que da la sensación de que cada título se queda en su propia burbuja en vez de formar todos en comunión una narrativa más global y cohesionada. El motivo por el cual esto llama tanto la atención se comprende mejor al analizar al dúo protagónico; tanto Nicole como George han tenido una evolución nula a lo largo de la saga, quedando cualquier vestigio dentro de cada juego pero reiniciándose sus personalidades con el pasar de las entregas, lo cual acarrea el riesgo de hacerlos parecer planos y estancados en sus pocos rasgos distintivos. Cada título hace referencia a lo que le interesa, ignorando detalles bastante importantes como todo el asunto de George volviéndose un héroe al final del 3, o Nicole al evitar que el mal se esparciera en “The Smoking Mirror”. Y es que ver a estos dos, que ya han pasado por muchas aventuras destapando en más de una ocasión conspiraciones secretas de índole mundial, e incluso enfrentándose a criaturas de fantasía como un dragón malévolo o el espíritu de un demonio, verlos ahora reaccionar con tanta incredulidad ante el misterio de la quinta entrega cuando deberían estar ya sobradamente curtidos en esta clase de situaciones, se siente como un enorme paso atrás en todo sentido. De todas formas, a pesar de este problema que la saga lleva arrastrando desde su segunda entrega, la trama sigue siendo tan entretenida e intrigante como de costumbre, lo que evita que resulte aburrida. No llega a resultar tan bien escrita y memorable como el primer juego ni alcanza el nivel de epicidad del tercero, pero definitivamente supera al cuarto e incluso ligeramente al segundo, siendo de las historias más interesantes de la franquicia. Y sacando músculo en lo que esta saga siempre ha sabido hacer bien, los puzzles relucen más que nunca en la quinta entrega, posicionándose como una de las de mayor calidad en ese sentido. Es cierto que la joya de la corona la ostenta el 4 a pesar de su flojísima trama, dejando al 1 como el más equilibrado mientras que el 2 quedaría un poco por debajo y el 3 en el más fácil. El 5 sabe recoger un poco de todo lo bueno de cada entrega, siendo así el más variado en el tema de sus rompecabezas, sin llegar al nivel altísimo del 4 aunque no quedándose lejos, y resultando en una aventura gráfica muy desafiante y gratificante de superar. A modo de contenido extra, el juego también ofrece un par de detalles interesantes: el famoso sistema de pistas incluido en las versiones remasterizadas de los dos primeros juegos, y una galería de personajes que relata su biografía junto a un modelado de los mismos. Ambos elementos son muy llamativos, pero lastimosamente terminan siendo más un lastre y una decepción respectivamente que algo positivo. El sistema de pistas, totalmente opcional, sigue sufriendo del mismo fallo de diseño en el cual si estamos en una habitación con distintas tareas, dependiendo del orden en que interactuemos con ellas, las pistas para un determinado puzzle pueden solaparse con el de otro, haciendo que este sistema resulte inútil en ocasiones al no poder retroceder si nos hemos adelantado, lo cual es muy común. Además, dicha galería, aunque es un elemento novedoso e interesante, está desaprovechada; diese la sensación de que fue incluida al principio del desarrollo pero se cortó a la mitad, de lo contrario no tendría explicación que personajes terciarios, cuya participación e importancia es mínima, aparezcan en la galería mientras que otros personajes mucho más importantes que se introducen a posteriori en la trama no se les den su correspondiente espacio, acabando con ser una idea a medio desarrollar y dejada sin propósito. Pareciera ser que Revolution buscó con creces revitalizar el nombre de la saga con esta quinta entrega mucho más reminiscente a las dos primeras sin dejar de aprender del camino recorrido por los dos denostados títulos anteriores, y lo logró con creces. Es un juego bastante sólido tanto en lo técnico como, especialmente, en sus rompecabezas. Si bien su problema de cohesión narrativa con el resto de los juegos persiste y no parece que vaya a cambiar nunca, además de reducir a sus dos protagonistas a meros maniquíes sin desarrollo, su narrativa sigue siendo intrigante y tiene todos los elementos intactos que hacen tan reconocible a Broken Sword. Es una quinta entrega que vuelve a subir el listón de la franquicia por todo lo alto y una aventura tan entretenida como desafiante, de modo que sólo queda esperar a ver cómo harán los chicos de Revolution para mantener a flote su IP más preciada en el futuro.