Tiempo de juego:
392 minutos
Es una experiencia sencilla, de unas seis horas aproximadamente, pero muy trabajada.
Mecánicamente, tenemos a tres personajes, que cumplen los tropos de ágil, normal y lento, aunque con una pequeña vuelta de tuerca, siendo el más fuerte el ágil y el más débil, el normal. Como contrapartida, es este último el que tiene la mayoría de las habilidades necesarias para progresar, por lo que dependemos de los tres para ir avanzando de forma adecuada.
El ágil es útil para el plataformeo en general. Tiene doble salto y en un futuro, obtiene más habilidades, que permiten moverse de forma más rápida y esquivar mejor. Sin embargo, tiene una escopeta de corto alcance, exponiéndose más a la hora de atacar.
El normal, a medida que va ganando habilidades, nos permite movernos por caminos por los cuales otros personajes no pueden hacerlo y tiene el arma de mayor alcance, una metralleta, aunque de potencia más baja. Permite atacar de forma segura a la distancia.
El pesado, que no lo es tanto, porque se mueve a la misma velocidad y distancia que el normal, es el que se encarga de destruir o mover elementos del ambiente para hacerse paso. Tiene un lanza-misiles cuya munición es afectada por la gravedad, permitiendo atacar de forma segura desde las alturas y obteniendo lo que podría ser el arma más poderosa en el último tramo de juego, aunque probablemente poco útil en general, el C4.
Los tres personajes son intercambiables de forma inmediata y hay ocasiones en donde uno será más util que otro. De todas formas, la mayoría de las veces, se irá rotando entre el normal y el ágil, dejando al pesado para contadas ocasiones donde sólo se puede atacar desde arriba.
Los enemigos son de mecánicas simples. Cada uno tiene un único gimmick fácilmente identificable. Son sencillos de enfrentar en la mayoría de los casos y hay pocos que sean esponjas de balas, lo cual es positivo a la hora de tener una partida dinámica.
Los niveles están bien diseñados, sin saltos de fe de ningún tipo, ni ubicaciones cargadas de dificultad artificial.
Los enemigos de cada zona tienen una serie de mecánicas propias. Muchas veces son entretenidos de derrotar, aunque no presentan un desafío de dificultad demasiado alto. Como dije anteriormente, es una experiencia de dificultad baja.
La banda sonora acompaña con un tema distinto a cada nivel, rememorando la época de los 16 bits. Me gusta particularmente la de estilo western.
Hay algunas cuestiones que podrían mejorarse, pero en aspectos generales, es un juego muy robusto y lleno de pequeños detalles gráficos y jugables que lo hacen muy disfrutable.
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