Tiempo de juego:
1106 minutos
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[h1]Realmente único[/h1]
Mages of Mystralia ofrece una historia de un reino que ha sufrido una época oscura debido a la locura de un mago que llegó al poder y que sumió al mismo en la oscuridad. Después de ser derrotado, los magos se convirtieron en proscritos y nuestra protagonista un día se da cuenta de que tiene poderes mágicos que no puede controlar. Algo que descubre al quemar una casa del pueblo donde vivía. Así que decide huir y ahí comienza nuestra aventura.
Cuando en su día supe que el creador de los Reinos Olvidados de Dungeons & Dragons iba a ser el padre de la historia de Mages of Mystralia, pensé que probablemente sería algo realmente magnífico e irrepetible.
Lo cierto es que después de haber acabado Mages of Mystralia he de reconocer que la historia es lo menos bueno del juego. Para ser claro, la historia es ramplona, simple y para nada memorable. No es que sea mala, pero es que no destaca en nada de cualquier otra historia que se haya visto antes.
Y es que Mages of Mystralia no es un juego que destaque por casi nada dentro de la plétora de juegos que llegan al mercado en un año cualquiera. Pero el “casi” es importante. Este juego tiene, sin duda, el mejor sistema de magias que vas a poder ver en un juego.
El sistema funciona mediante runas que vamos encontrando durante el juego, algunas nos las darán mientras avanzamos y podremos realizar los hechizos más básicos, como tirar bolas de fuego, crear remolinos de viento, lanzar rayos o crear suelos de hielo para superar determinados terrenos. Luego hay otras runas que las obtendremos si las buscamos, realizamos diferentes puzles y al terminar misiones secundarias.
La gracia del asunto es que no nos dicen cómo crear tal o cual hechizo, y es ahí donde nos pondremos a investigar colocando las runas en nuestro libro de hechizos para ver si sucede algo o no.
Por poner un ejemplo, supongamos que descubrimos una runa que hace llover, y entonces pensamos que tal vez sería una buena idea mezclar esa runa con el elemento del trueno y al hacerlo descubrimos que hemos creado un hechizo para que llueva y a la vez realice descargas eléctricas sobre los enemigos. Y luego, vamos más allá y pensamos en mezclar la lluvia con el hechizo de fuego y nos sorprendemos al ver que hemos creado un hechizo de ataque que hace llover fuego sobre los enemigos. Es realmente casi ilimitable las posibilidades que ofrece este sistema.
De hecho, se pueden crear hechizos realmente espectaculares, muy poderosos y todo ello a partir de nuestra propia imaginación y ganas de investigar. Sin duda esto es lo mejor del juego con diferencia.
Puedes añadir hechizos de rayo, con los de fuego y piedra y después usar una runa de volumen para que caiga un peñasco sobre los enemigos para terminar de redondear nuestra obra maestra recién creada, pero eso sí, tampoco podemos añadir todo lo que queramos porque cada hechizo consume maná, y mientras más efectos acumulamos en un solo hechizo, así lo hará el gasto del mismo y puede pasar que creemos algo muy poderoso, pero de muy poca duración, por lo que se volverá inútil en combate.
Es toda una gozada ir investigando por los bosques y aplicar la magia que personalmente hayamos creado y ver como el enemigo cae a nuestros pies víctimas de nuestro poder, e imaginación, como magos. Como he comentado antes, es un sistema realmente único en un videojuego.
Sin embargo, el resto de la aventura es simplemente pasable. Es decir, no está mal como tal, pero tampoco es nada memorable. Ni su historia, ni sus personajes, ni sus enemigos, ni los jefes finales, ni las misiones secundarias, ni el lore, ni nada parecido.
Es un juego agradable, aunque no casual porque puede llegar a ser bastante difícil en los niveles normal y difícil, que se disfruta más que nada por el asunto de la preparación de hechizos y su aplicación práctica en la aventura.
Seguro que has jugado más de un juego donde llevas a un mago y vas aprendiendo hechizos mientras más avanzas por la aventura. En este caso esto no es así, ya que mientras más avanzas por la misma conseguirás más runas, pero eres tú quien tiene que configurar esas runas para poder crear algo realmente poderoso. Puede parecer algo molesto, pero una vez que se entiende el sistema y aprendes a combinarlas, la experiencia es realmente genial.
De todos modos, si el combinar runas no es lo tuyo y prefieres que te lo den todo mascado, el juego se preocupa de enseñarte los hechizos más básicos con los que podrás pasar la aventura sin ningún problema. No será tan espectacular ni divertido, pero podrás hacerlo.
Como tal, el juego no es rol, es más un juego de acción y aventura donde la magia juega un papel fundamental en el desarrollo de la historia.
Tengo muy claro que sin el añadido tan espectacular del uso de la magia este juego no sería nada del otro mundo, pero la cuestión es que sí lo hace, y crea algo muy diferente a la hora de enfocar algo tan sumamente trillado como la magia y los magos en un videojuego, y eso es muy de agradecer.
Así que ya sabes, si quieres disfrutar de una aventura entretenida con un sistema de hechizos totalmente diferente a lo ya visto tanto por su originalidad como por las posibilidades casi ilimitadas que ofrece no puedes perderte Mages of Mystralia. La historia y su lore las olvidarás en poco tiempo, pero su sistema de magia es algo que recordarás para siempre. De eso puedes estar seguro.
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