Tiempo de juego:
677 minutos
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[h1]Esta reseña no contiene spoilers[/h1]
Dos años después del gran éxito cosechado por su primera parte, Haggard Games decidió lanzar esta segunda parte donde seguiremos tomando el control del capitán ruso de la SMERSH Semion Strogov.
Si ya has jugado a la primera parte, tienes que saber que esta segunda ofrece exactamente más de lo mismo. Es decir, todo es igual que antes salvo que las misiones son otras totalmente diferentes, obviamente.
Las misiones seguirán exigiéndonos lo mejor de nosotros mismos, con una dificultad realmente elevada donde la infiltración, el sigilo y el asesinato serán los claros protagonistas.
Una parte muy interesante de dichas misiones, al igual que sucedía en el anterior juego, es que están basadas en hechos reales acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial y en documentos reales desclasificados por la SMERSH. Lo cual hace que todo sea un poco más interesante, ya que cada misión que juguemos será un poco como recordar una historia real que sucedió en el pasado.
Obviamente, y como ya pasaba con anterioridad, el juego nos da absoluta libertad para finalizar los diferentes objetivos de cada misión como queramos, por lo que la fidelidad histórica solamente se basa en que dicha misión se llevó a cabo, no en el modo de hacerlo.
Los mapas siguen teniendo un tamaño realmente notable, y tendremos que seguir utilizando el asesinato por subterfugio como nuestra principal arma, así como el disfraz para poder colarnos en el mismo corazón del enemigo.
Particularmente, encuentro realmente acertado que este Death to Spies: Moment of Truth sea “más de lo mismo” respecto al título anterior en lo que respecta a su faceta jugable. La razón es bien simple, si ya funcionaba todo realmente bien ¿para qué tocarlo?
Sin embargo, no es que todo sea igual. Los gráficos, por ejemplo, han sido mejorados, así como determinados efectos de iluminación y sombras. Pero fuera de esto, que era algo con lo que ya cumplía perfectamente su parte anterior, todo es básicamente igual.
Seguiremos viajando por parte de Europa llevando a cabo misiones de contraespionaje realmente entretenidas y muy variadas en nuestra lucha contra el nazismo y el capitalismo incipiente.
Lamentablemente, el número de misiones es más reducido que la vez anterior, por lo que la experiencia será bastante más limitada, de unas 10 horas aproximadamente. Esto es, básicamente, lo único que podría sacarle de negativo al juego, ya que me hubiera encantado que la experiencia fuera igual de longeva que la anterior, la cual puede llegar fácilmente a las 20 horas.
En definitiva, si ya has jugado a su primera parte y te gustó lo que experimentaste, esta segunda parte te ofrecerá lo mismo con diferentes misiones, lo cual es fantástico. Si, por el contrario, no te llegó a convencer, muy probablemente el resultado sea el mismo en esta segunda ocasión.
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