Tiempo de juego:
462 minutos
https://www.youtube.com/watch?v=_Q_W8F0C1So
Los que me conocéis de hace tiempo, sabéis bien mi amor por la historia del videojuego y, sobre todo, lo que me revienta la reescritura de la misma, especialmente cuando se habla del mercado nacional de los 80.
Pues al parecer no soy el único que lo siente así; lo que ocurre es que, en vez de hacer vídeos para youtube o podcasts para itunes, hacen un videojuego. Un título en el que, como pixel, recorremos la historia del videojuego para conocer nuestros orígenes.
Así es Life of Pixel, un plataformas que, si bien es genérico en todos sus aspectos, ese es, al mismo tiempo, su punto fuerte a la hora de explicar una historia.
Recorriendo los sistemas más populares de 8 bits, y acabando por algunos de 16, vamos conociendo la historia de los jugadores de los 80 y principios de los 90. Y aquí es cuando sospecho que los creadores son ingleses: hablar del BBC Micro, o decir que la mayor parte del software para C=64 venía en cassettes, son aspectos que destacan del mercado inglés. Y sí, los chicos de Super Icon están afincados en el condado de Cornualles, y por eso conocen tan bien la historia del país más poderoso en cuestión de videojuegos del viejo continente.
Cada mundo viene precedido de una explicación histórica del sistema, en el que brevemente aprendemos su vida comercial, sus puntos fuertes y débiles y las características técnicas. Datos que no valen absolutamente para nada, pero que son una demostración del amor por estas máquinas que sienten los programadores. Cada uno de los mundos representa gráfica y sonoramente el sistema de juego, aunque, eso sí, con ciertas libertades: ni la resolución era igual, ni los defectos gráficos eran tal cual y la música tampoco podría sonar en el hardware original de esta manera. Son aproximaciones a lo que podías sentir jugando a una máquina similar: con esos gráficos monocromo del ZX-81, ese choque de atributos de color en el Spectrum o con algunos sonidos muy identificables superpuestos a cada banda sonora.
Por meternos aún más en el sistema, podemos degradar la imagen para simular diferentes tipos de pantalla, o añadirle tintes para representar diferentes representaciones de las televisiones. Yo me lo he puesto con una deformación de la pantalla y un color quemado cálido. ¿Es una representación real de como era jugar entonces? Por supuesto que no, pero sí consigue transmitirte esas deficiencias, simuladas, que nos da mucha nostalgia a quienes lo vivimos.
Antes decía que lo genérico de su planteamiento era un punto a favor a la hora de expresar la idea principal del juego. Por ejemplo, el hecho que los enemigos y los peligros se repitan en cada mundo refuerza mucho el impacto visual y los avances técnicos que aporta cada sistema: ya no vemos a todas estas máquinas por igual, sino que aprendemos cuál era el estilo gráfico más común en cada una de ellas. Por no hablar de todos los homenajes que tiene a clásicos como Prince of Persia, Zelda, Streets of Rage, Metroid, etc.
Pero, obviamente, también tiene algo malo: este título, en su momento, sería considerado shovelware: es decir, un juego de plataformas genérico a la sombra de otros más famosos, como Super Mario Bros, The Great Giana Sisters, New Zealand Story o Manic Miner. Afortunadamente no es tan difícil como susodicho shovelware: probablemente consigáis el primer final de una sentada, y ya lo que os costará serán las fases de 16 bits y los sistemas secretos.
Es posible que si la historia del videojuego no te fascina, no encuentres mucho interés en un plataformas un tanto genérico. Pero si has vivido la era de los 8 y 16 bits, o si eres un académico de lo jugable, creo que es una aventura pequeñita, sencilla, pero imprescindible, creada con muchísimo amor y muchísimo cariño a unos sistemas que nos explotaron la cabeza cuando éramos enanos. Salió el 2014, lo tenéis para Windows, Mac, Linux y Wii U y en Steam vale tan solo 7 euros, aunque suelen meterlo en muchas ofertas y packs. Así que, sin duda, te recomiendo Life of Pixel.
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