Tiempo de juego:
629 minutos
[quote=][url=http://store.steampowered.com/curator/12146432-La-Cruceta-Inquieta/][b]La Cruceta Inquieta[/b][/url], mentor de Steam[/quote]
Teslagrad supone uno más de los intentos "indie" por recuperar la ya tan clásica fórmula de los "metroidvania" y, si bien al principio puede ser un tanto confuso, lo cierto es que poco a poco logra ganarse al jugador a través de un desarrollo y unos escenarios plagados de puzles y los ya tan típicos del género objetos secretos, para nuestro disfrute, bastante bien escondidos.
Al comienzo de la aventura se nos deja, al igual que a su protagonista, abandonados frente a un régimen totalitario del que deberemos huir. Teslagrad se caracteriza por centrarse casi exclusivamente en su jugabilidad, dejando el desarrollo de la trama a lo que extraigamos de la sucesión de los escenarios, de las huellas dejadas por otros personajes que en ellos podemos encontrar y de lo que los pergaminos secretos que vayamos encontrando nos cuentan de una forma gráfica y muy resumida pero también muy concisa. Esta trama casi subliminal puede parecer insuficiente al principio, pero pronto el juego hace que te aprecies lo satisfactorio que resulta interpretar cada una de las señales que se van desvelando entre puzle y puzle hasta darte cuenta de que la trama también forma parte de un puzle más grande a completar a lo largo de todo su desarrollo. En cuanto a la trama en sí misma, tampoco es muy complicada, pero, a rasgos generales, se nos presenta un conflicto entre una orden con poderes especiales perseguida por un régimen tiránico con reminiscencias soviéticas, al negarse la primera a colaborar con las ansias expansionistas del imperio del segundo. En este punto entra en juego nuestro protagonista (¿el pequeño Nikola Tesla?), que deberá adentrarse en la torre Tesla, último reducto de la orden, como última esperanza de ésta por restablecer la paz una vez reinante en el imperio gracias a los poderes de la electricidad y el magnetismo heredados de sus antepasados. Si bien, como puede verse, no destaca en demasía por su originalidad al tratarse una vez más de la lucha del bien contra el mal y contra la opresión y el genocidio por motivos belicistas, lo cierto es que se sigue con interés, más aún cuando, como ya se ha explicado, forma parte indisociable de la jugabilidad del título.
Tal vez el punto fuerte de Teslagrad y por el que quizá llame nuestra atención en un principio sea su singular apartado gráfico. Todo en el videojuego, desde escenarios hasta personajes y efectos, está dibujado a mano, lo cual es de apreciar porque es perfectamente notorio todo el trabajo que en él se ha volcado. Es cierto que no es el único juego que opta por esta forma de expresión gráfica y tampoco es el que mejor la implementa (ciertos elementos, sobre todo en escenarios, se encuentran dibujados con algo de dejadez y poca definición), pero eso no quita que sea un título agradable a la vista y con un enorme trabajo detrás. La paleta de colores escogida en cada momento y el tratamiento de la luz en efectos y ambientación nos harán sentir completamente esa aura soviética implícita en cada rincón de la torre Tesla.
Respecto al apartado sonoro, Teslagrad posee unas cuantas piezas que en momentos clave resultan agradables de escuchar, pero lo cierto es que la música en el resto de momentos no es sino un acompañamiento ambiental para ponernos en situación y que, por ello, pasa un tanto desapercibida. Esto no es un punto negativo, porque logra su objetivo de servir de base a la exploración, pero tal vez se eche en falta alguna composición memorable que retumbe en nuestros oídos tras acabar la aventura. Los efectos sonoros, de igual forma, acompañan de forma correcta las acciones de nuestro protagonista y su entorno.
Por último, el apartado jugable, si bien no es original por basarse en los principios de un género ya asentado como los "metroidvania", lo cierto es que está muy bien planteado y, aunque en ciertas ocasiones pueda resultar un tanto desesperante, no hay nada que resulte imposible tras el inevitable proceso de prueba y error y, gracias a él, tras el aprendizaje de las mecánicas de los desafíos que se nos plantean. De esta forma, todo el mapeado se nos presenta como un gran puzle que deberemos ir resolviendo por tramos hasta conseguir un nuevo poder que nos permita alcanzar nuevas zonas, en este caso nuevas alturas de la torre. Estos poderes se reducen a un número de tan sólo cuatro en Teslagrad, pero son más que suficientes en todo el desarrollo y no dan lugar a la repetición de situaciones puesto que, si bien con una base común, deberemos utilizarlos de forma adaptada a los cada vez más exigentes rompecabezas propuestos. Su uso, al igual que ocurre con la disgregada trama, puede resultar confuso al principio puesto que no se nos da indicación alguna de su funcionalidad o de su modo de empleo más allá de unos esquemas que, más que ayudar, confunden. No obstante, son tan simples que tras una breve y aleatoria pulsación de botones nos haremos casi por completo con su control. Recalco aquí "casi" puesto que para la aventura principal este nivel de dominio resulta suficiente, pero para la consecución de algunos de los secretos se requieren habilidades no explicadas y cuyo desconocimiento puede llegar a frustrar al jugador, cosa que deja una mala impresión y una sensación de dejadez por parte de los diseñadores. A pesar de todo, los distintos poderes responden bastante bien (aunque la inercia del personaje a veces resulta excesiva) y nos invitan a resolver cada situación, como ya se ha comentado al principio, en base a la electricidad y al magnetismo. Podremos así cambiar la polaridad de determinados elementos para abrirnos paso a través de los escenarios, evitar obstáculos y trampas mediante la levitación magnética y la teletransportación (a la velocidad de la luz en este caso para no abandonar las referencias a la electricidad) y usar todo el poder que nos confieren los rayos tesla para combatir a los pocos enemigos que nos encontremos. Es éste último otro aspecto a comentar ya que se fomenta la exploración frente al combate y prácticamente en toda la aventura estaremos solos hasta que hacia su desenlace encontremos algunos "enemigos regulares"; pero, hasta entonces, únicamente tendremos que hacer frente a enemigos finales que nos pondrán las cosas bastante difíciles pero que presentan unas mecánicas bastante originales en base a rutinas que podremos aprender para derrotarlos con relativa facilidad tras varios intentos. En resumidas cuentas, Teslagrad hace de la jugabilidad su principal baza, tardando un poco al comienzo en resultar interesante pero tornándose pronto en una experiencia muy satisfactoria en este aspecto.
Por todo esto, estamos ante un videojuego sencillo pero que logra engancharnos sin remedio al plantear un desarrollo siempre gratificante pero no por ello fácil, aderezando además todo con una trama implícita que logra suscitar nuestro interés y mantenerlo hasta el final. Si te gustan los "metroidvania" y, sobre todo, si disfrutas con la exploración y el descubrimiento de caminos, mecánicas y secretos por ti mismo, Teslagrad no te decepcionará.
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