Tiempo de juego:
53 minutos
"Looking Up I See Only A Ceiling" es un indie (de los de verdad, no de los que en ocasiones pretende vendernos la nauseabunda prensa patrocinada) con un presupuesto anecdótico y enclavado en el género Point & Click que destaca principalmente por intentar conceder a su narrativa poso y profundidad enfocándola desde temáticas psicológicas sensibles como la ansiedad, el estrés (distrés) o la pérdida del sentido de la realidad (desrealización).
Encarnamos a una estudiante exigente de más con sus responsabilidades académicas y una existencia rutinaria y monótona, colmada de compromisos lectivos. El juego nos invita a experimentar un día de su vida, haciéndonos cargo de sus tareas cotidianas como levantarse, desayunar y estudiar, solo que no es un día más. Hay algo diferente, y hasta aquí voy a contar.
Es un juego peculiar y el estilo artístico va en consonancia. Es minimalista, con un formato extraño (semeja a una pantalla de móvil, bien porque es un port directo bien porque había esa intencionalidad artística) pero esa decisión consigue darle un punto opresivo que le viene bien. Su diseño gráfico, deudor a distancia del manga, puede parecer (porque de hecho lo es) descuidado, barato, sencillo (en ocasiones las proporciones siquiera tienen demasiado sentido), con una paleta de colores muy limitada pero que le concede cierto carácter (recuerda en la distancia a los gráficos CGA) y una resolución y efecto de grano que suma una capa surrealista adicional y apuntala su atmósfera desasosegante. Porque con todas esas “limitaciones”, los entornos y personajes logran transmitir las emociones y el estado mental de la protagonista de manera efectiva, lo cual es meritorio.
Respecto a sus mecánicas, es un point-and-click centrado en la interacción con objetos (que casi siempre nos conceden interesante información contextual) y la resolución de puzles muy sencillos. Las mecánicas pues son muy básicas y se basan en acciones como mirar (la mayor parte del tiempo), coger y utilizar (puntualmente). Nos encontramos atrapados en un bucle de monotonía, lo que se refleja en la repetición de acciones y la falta de progreso aparente. Es parte del diseño.
Es un juego breve, de precio muy contenido (apenas dos euros) que se desarrolla en segmentos narrativos concretos (el juego guarda tras cada uno de ellos) y puede completarse en media hora quizás, pero cuenta con varios finales posibles (en principio dos, uno bueno y otro malo) lo que incide en su rejugabilidad. Además, una vez experimentada la historia, que puede llegar a ser algo críptica para según quiénes, se nos permite acceder a un modo “exploración” que nos permite visitar las localizaciones tranquilamente, con una colorimetría más agradable, y nos concede sobreexplicaciones de lo acontecido. Es un buen detalle.
Un título interesante y recomendable, sin duda.
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