Tiempo de juego:
933 minutos
Conocí Dawn of Fear gracias a la publicidad de juegos de steam que me aparece en mi Facebook. La verdad es que ver el anuncio fue suficiente para sentir una atracción abismal por este juego. Sí, Dawn of Fear es un survival horror como tal, que hace volver a los fans de este género a aquella época en la que jugaban a los Resident Evil 1, 2 y 3, Silent Hill, Alone in The Dark IV...
Planos fijos, encontrar munición, botiquines, resolver algún que otro puzzle (alguno bastante tonto, todo hay que decirlo), leer notas, gestionarte los recursos (munición y botiquines), aprovechar el atacar cuerpo a cuerpo contra ciertos enemigos en vez de gastar munición, evitar algunos monstruos en vez de enfrentarte a ellos... En definitiva, Dawn of Fear tiene, en mi opinión, todo lo que cualquier Survival antiguo puede ofrecerte. Es un buen chute de nostalgia.
No obstante, no todo es genial. Lo que más me choca a mí de este juego es, especialmente, los diálogos. Son muy, pero que muy cutres. Que los de los Resident Evil antiguos no son tampoco mucho mejor, realmente. Pero estando en el año en el que nos encontramos quema la vista ver párrafos en los que no hay ningún punto y todo va separado por comas. Los textos no es que estén muy elaborados, tampoco.
A nivel gráfico lo he visto aceptable. No tengo nada de lo que quejarme. Las músicas también me parecen correctas (alguna aparece en el juego Dead Pixels y otra puede recordar un poco a la de la intro del Silent hill 1). También hay momentos de nostalgia extrema, como una habitación en la que hay una máquina de escribir y al interactuar con ella te aparece un comentario del tipo "Una máquina de escribir. Si tuviera una cinta de tinta...". He tenido algún que otro momento de tensión, aunque no del nivel del Resident evil 1 o del Silent Hill 1. Eso sí, sustos alguno que otro me he llevado.
Bugs tiene, algunos siendo bastante desgraciados. Por ejemplo, si disparas a un monstruo que tienes delante y este se cae al suelo, aunque dispares para darle a otro que va detrás del que se ha caído las balas no llegan a darle, es como si el juego se las comiera. Tienes que dejar de apuntar para apuntar de nuevo y dispararle a tu nuevo objetivo. Dicho de otra manera, si quieres darle a otro enemigo deja de apuntar y apunta de nuevo. Luego, si disparas a un monstruo estando tú y él en una misma escalera las balas es como si desaparecieran, no llegan a su objetivo. Eso sí, el monstruo te da a ti de hostias que da gusto. Esto me pasó en el patio trasero de la casa, donde está la piscina. Al menos hay bugs beneficiosos, como el atacar con el cuchillo a cierta distancia de un zombi, cosa que provoca que se den como dos o tres navajazos de golpe en lugar de uno.
Los jefes me parecieron interesantes. No es solo dar vueltas alrededor de ellos para evitar que te peguen mientras les vas disparando desde lejos. Salvo en el jefe final (que para mí fue el más simple y fácil de todos), en el resto hay que hacer algo más que dispararles para matarlos. Este punto también me cayó en gracia.
A pesar de los bugs, para mí Dawn of Fear es un buen juego que ha cumplido su objetivo: llenarme de nostalgia al jugarlo. Es muy corto, eso sí. Es cosa vuestra decidir si merece la pena gastarse lo que vale el juego. Yo lo compré de oferta. También os digo que soy de esos que un juego, si me gusta, no me lo paso una sola vez. En este preciso instante, en el que estoy escribiendo esta reseña, me lo he pasado dos veces. Si intentáis hacer todos los logros tiene algo más de rejugabilidad. Pero para que os hagáis una idea, en cuanto a duración estaría a la altura del Obscure 1.
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