Tiempo de juego:
267 minutos
Ghoulboy es un juego de plataformas de acción de clara vuelta al pasado. Desarrollado por Dolores Entertainment, el título nos sitúa en un mundo de fantasía con una clara premisa: disfrutar de mecánicas plataformeras clásicas en 2D.
El título recodará al jugador más experimentado a juegos tales como Ghouls and Ghosts, Black Tiger, Risky Woods o la serie MegaMan; eso sí, en el caso de Ghoulboy, el grado de dificultad es notablemente menor. Y es que nos encontramos ante un título atractivo y de acción rápida pero que carece de una dificultad adecuada al género. Así, no nos encontramos ante un título que nos exija una excesiva atención para ser completado, todo lo contrario, puede ser considerado un plataformas 2D de iniciación, diseñado para aquellos jugadores que desean comenzar en el género sin que la frustración que encontrábamos en títulos más clásicos los atormente y los haga abandonar para siempre. Es por esto que es justo prevenir al jugador experimentado: no encontrará un gran reto en Ghoulboy, pero sí una experiencia satisfactoria, aunque no excesivamente duradera.
Aunque corta, nos encontramos ante una aventura divertida, rápida y muy disfrutable. El juego no se hace excesivamente largo ni pesado, presentando niveles con un diseño simple y efectivo. Aunque el diseño de los niveles es horizontal en esencia, encontraremos exploración en vertical, ayudado de nuestras lanzas que nos ayudarán a acceder a planos superiores del mapeado. Por lo demás, no encontramos virguerías en cuanto a su jugabilidad más allá de calcular saltos ajustados entre plataformas.
Un punto a tener en cuenta para los jugadores más exigentes es que no nos encontramos ante un título con demasiada rejugabilidad, ya que ésta sólo se centra en la posibilidad de encontrar cofres que nos darán monedas, las cuales podrán ser canjeadas por objetos – pocos – en el menú principal. Una pena esto último, puesto que el pequeño toque de RPG que ofrece el título no está bien implementado: deberemos salir al menú principal para adquirir los nuevos ítems, con la consecuente pérdida de dinámica jugable.
El aspecto gráfico está muy cuidado en Ghoulboy, presentando unos pixeles cuyo diseño cabalga entre los 8 y 16 bits. Este diseño gráfico casa perfectamente con los diferentes escenarios por los que se desarrolla la historia en la que encontraremos una paleta de colores muy acordes al tipo de atmósfera que se pretende recrear. El diseño de los enemigos es atractivo y el personaje principal encaja en la presentación gráfica global. El juego presenta un acabado visual muy retro, muy de antes, muy de los juegos de plataformas clásicas. Y gracias a este cuidado del apartado artístico, el jugador se puede ver tentado a volver a darle una vuelta más a la aventura, tal y como se hacía hace un par de décadas con según que títulos: volver a jugar por la experiencia jugable y artística.
Como hemos mencionado anteriormente, Ghoulboy es un juego para pasar unas cuantas horas de experiencia plataformera, de mecánicas de dos botones, sin complicaciones. Saltar y golpear, avanzar y matar, disfrutar de la simplicidad de una propuesta clásica. Sin embargo, no hubiese estado de más incluir niveles de dificultad para incrementar el reto al jugador, según sea el perfil del mismo. Y es que la usencia de algo tan básico en el género, junto a la ausencia de logros o aspectos que nos inviten a volver a jugar, lo hacen fácil, y así, el reto jugable se hace minúsculo.
Ghoulboy es directo en su propuesta. Ghoulboy es, en definitiva, un título que se juega a dos botones, sin complicaciones tanto en su mecánica de juego como en su narrativa. Sin duda, es una apuesta segura para aquellos jugadores amantes de los juegos de plataformas clásicos de melodías pegadizas.
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