Tiempo de juego:
1061 minutos
El difunto estudio de Tango Gameworks nos dio con este título un cierre magnífico a una saga que supo destacar con identidad propia y que, incluso con sus fallos, es una gran experiencia jugable.
La trama nos sitúa tres años después de los eventos de la primera parte, con un Sebastián Castellanos absolutamente roto por todos los eventos acaecidos, al que las circunstancias le llevarán a volver a sumergirse en la endiablada STEM, esta vez por motivos mucho más personales. Y eso es lo que más me ha gustado de la historia, que en esta ocasión podremos conocer mucho más de cerca al detective, su pasado y cómo ha tratado de lidiar con todos sus demonios durante tanto tiempo. Asimismo, encontraremos un elenco de personajes tanto aliados como enemigos que, sin que ninguno de ellos vaya a resultarnos memorable, sí que cumplen con su propósito en la historia a la hora de desarrollar la narrativa o a nuestro protagonista.
La jugabilidad es muy similar a la que vimos en la primera entrega, pero con ciertas mejoras y novedades. Seguimos con la base del survival horror, pero sí que he tenido la sensación de que aquí tenemos un mayor enfoque en el sigilo que en su antecesor, con una IA bastante torpe pero que al menos a mí no me llega a sacar de la experiencia en este aspecto. Respecto al combate, al principio me resultaba muy tosco, pero en cuanto me he acostumbrado, lo cierto es que he disfrutado de enfrentarme a los enemigos, así como a los diferentes jefes que nos vayamos a encontrar. Por otro lado, tenemos lo que se ha comentado tanto sobre la exploración de los escenarios, lo cual me gustaría aclarar porque yo tenía un concepto totalmente diferente a lo que es en realidad. Se ha publicitado mucho que The Evil Within 2 apuesta por un concepto de mundo abierto, cuando esto es rotundamente falso. Estamos ante un juego lineal, como todo survival horror, que en dos episodios contados nos da un escenario abierto con un mapa comedido a explorar, donde podremos buscar diferentes recursos y aceptar alguna misión secundaria breve. Que nadie se piense que esto es un mundo abierto porque nada más lejos de la realidad. Y pienso que en la manera en que han planteado estas fases resulta muy satisfactoria, ya que no se carga el ritmo del juego y con la frecuencia y forma en que se da resulta bastante disfrutable.
Su apartado gráfico no es puntero pero cumple, como digo sin ser nada del otro mundo. Por otro lado, el apartado artístico me parece que sí que es digno de mención, especialmente al fijarnos en los modelos de algunos de los enemigos con los que nos cruzaremos. La banda sonora está a la altura de lo que un juego de estas características requiere, al igual que su doblaje al castellano.
En definitiva, una experiencia muy disfrutable, sobre todo si jugamos la primera parte y queremos más de lo mismo ahondando más en la psique de Sebastián.
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