Tiempo de juego:
687 minutos
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[code]Aunque no se indique, el juego puede jugarse en español[/code]
[h1]Esta reseña no contiene spoilers[/h1]
Clásico entre los clásicos de las aventuras de terror basado en el universo de H.P. Lovecraft, Shadow of the Comet sorprendió a todo el mundo cuando salió en 1993.
Y razones no le faltaban. El juego tenía un gran argumento, unos gráficos bastante buenos para la época, amenizados además con unas mini-cinemáticas al más puro estilo de dibujo animado, y una gran ambientación que te metía de lleno en un pequeño pueblecito americano y todo lo que allí acaecía.
Tomaremos el papel de John Carter, un joven aficionado a la astrología que trabaja en un periódico que marcha al pequeño pueblo pesquero de Illsmouth para investigar el paso del cometa Halley en una zona cercana al pueblo que sospecha está relacionada con ritos ancestrales olvidados hace mucho tiempo y con la desaparición de un investigador hace 76 años.
Durante su periplo, Carter tendrá que investigar el lugar, resolver diferentes enigmas, conocer a bastantes personajes y no levantar excesivas sospechas ante una parroquia bastante reticente ante los forasteros.
Como puedes observar, el argumento es puramente Lovecraftiano. Recuerda muy y mucho al juego que salió bastantes años después, en 2006, de manos de Headfirst llamado Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth.
A priori, ambos juegos no se parecen en nada, pero si ya has jugado al juego de Headfirst habrás podido experimentar de primera mano el ambiente hostil de un forastero en un pequeño pueblo pesquero a manos de unos pueblerinos bastante misteriosos, y todo envuelto en los mitos de Cthulhu. Shadow of the Comet tiene ese componente misterioso al mismo nivel.
Sin embargo, uno es un FPS y el otro una aventura gráfica en toda regla, como las de antaño. Aunque hasta en eso se quiso distanciar del resto de sus coetáneas cuando salió al mercado.
Shadow of the Comet es una aventura donde su sistema de control es bastante atípico. En su día fue algo bastante refrescante y original, aunque a día de hoy hay reconocer que el control es simplemente nefasto.
Controlaremos el personaje con las teclas de dirección, y para realizar las diferentes acciones, tales como coger, mirar, utilizar, revisar el inventario, seleccionar el objeto o ver el mapa, tendremos que pulsar la tecla espacio y luego elegir con las teclas de dirección la acción a realizar.
Esto, que puede parecer no ser algo demasiado laborioso, se convierte en algo muy molesto mientras más avanza la aventura, porque muchas veces tendremos que revisar el inventario, seleccionar el objeto, intentar una acción… y si no era la correcta vuelta a empezar. Y todo ello, no lo olvidemos, pulsando la tecla espacio o intro para realizar la acción.
Además, el juego tiene el problema de ofrecer un sistema de diálogos bastante irritantes como podrás descubrir en breves instantes.
El juego está subtitulado al español, aunque no se indique, y al ser esta la versión CD que salió algo después de su lanzamiento en disquetes, cada diálogo va acompañado de voces, pero no están bien sincronizados los textos con las susodichas voces.
El resultado es que las voces acaban bastante antes que los textos, los cuales duran una eternidad, y si pulsamos la tecla intro para pasar el diálogo, omitiremos toda la conversación.
Por lo tanto, tendremos que tener más paciencia que un santo, leyendo líneas y líneas de diálogo a paso de tortuga. Es cierto que se puede configurar la velocidad del texto en las opciones, pero ni aún así.
Es por ello, que este juego solo es recomendable solo para aquellos que ya lo jugaron en su día o para aquellos que no les moleste jugar a un juego mítico con un sistema de control realmente arcaico y anticuado.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que el juego sea malo. Nada de eso. De hecho, es un juego buenísimo, y uno de mis preferidos, pero nunca permito que mis gustos personales nublen mi objetividad adormecidos por la fragancia de lo nostálgico.
Sería muy fácil para mí decir es injusto valorar este título de 1993 comparándolo con los actuales, y que con eso ya vale. Pero ni mucho menos.
Al fin y al cabo, el juego se vende a día de hoy, y vas a jugarlo a día de hoy. Así que lo mínimo es que se valore comparándolo con otros títulos que existen a día de hoy de similares características, y con los sistemas jugables que puedes encontrarte a día de hoy. Es lo mínimo, diría yo.
Ponerse a enarbolar la bandera de los clásicos con olor a naftalina mientras se grita a los cuatro vientos la frase de “ya no se hacen juegos como los de antes” sería una soberana memez, además de algo totalmente falso y que deja ver a las claras el gran desconocimiento que tiene esa persona sobre el panorama actual en el mundo de los videojuegos, especialmente de los juegos independientes.
Aun así, es un viaje realmente interesante, lleno de misterio, tensión y muerte que a buen seguro no dejará impasible a nadie que tenga la suficiente paciencia, o necesidad de nostalgia, para soportar sus numerosos inconvenientes durante un mínimo de 10 horas.
Si pasas por alto su sistema de control arcaico, y el problema de desincronización entre voces y textos, encontrarás en este Shadow of the Comet una auténtica joya de los juegos basados en los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft.
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