Reseñas de Tsunagari Chess School

Te lo venden como un Doki Doki Literature Club de ajedrez pero todo eso se pierde a los 10 minutos de juego y toda la narrativa se pierde a la media hora de juego -Es sistema de combate es simplista y aburrido -La historia no tiene logica y carece de sentido -NO hay nada relacionado al ajedrez a partir de los 10 minutos de juego (si no hay ajedrez de por medio, para que re carajeanos me ponen "Chess School" en el nombre) -Y yo soy un tarado por no pedir el reembolso cuando podía

LA INCREÍBLE ESCUELA DE AJEDREZ DE TSUNAGARI el juego te envuelve en el acogedor ambiente de loquendo city, al comenzar conoces a la amable hinamierda, que es definitivamente un personaje en este videojuego. Pero aún más importante, conoces a la deslumbrante presidenta Yumiko, un personaje con una complejidad tremenda y cuyas dinámicas jamás se habían visto en ningún otro videojuego. Pero lo que hace que este videjuego valga la pena es su impresionante historia, apasionante, aterrador, deslumbrante, impactante, pero sobretodo, innovadora. Porque en Tsunagari Chess School, te esperará más que una enseñanza sobre el ajedrez, una enseñanza sobre la vida misma, y como nuestras decisiones afectan nuestro futuro. Antes de la escuela de ajedrez yo era drogadicto, no tenía casa y había perdido a mi familia. Pero todo eso cambio, este juego me cambió la vida. La presidenta Yumiko, la habilidosa Misaki, la ruda Rin, el misterioso Sora, la amable Irelle, porque todos ellos fueron más que personajes, fueron mis amigos. Por mi parte, después de 2,2 de gameplay no pude cointener mis lágrimas, luego de los creditos finales las lágrimas bajaban por mi entrepierna descomunalmente, supe que ningún producto audiovisual lograría tal impacto en el alma de un ser humano, una exquisitez de historia, una explosión de emociones intensas que recorrían por todo mi ser. Lloré porque hasta este momento, me di cuenta que nunca había vivido en realidad. Tsunagari Chess School, fue un renacimiento que llega como una daga fina pero poderosa que asecha directamente al alma del ser humano, generando una amable muerte de todo lo que eras, o de lo que creías ser, pero a la vez que tu antiguo ego se desangra, esta misma daga hace florecer tu alma como un jardín, usando tu delicada persona como una tierra fértil para plantar las rosas del amor, de la paz y de la fe. Porque en la escuela de ajedrez me enseñó que en el tablero, la guerra comienza, reyes y reinas, con mirada serena, en cada movimiento, una vida se envenena, y en el silencio, la estrategia resuena. Los caballos saltan, con alma errante,esquivando caminos, buscando su instante,y las torres, firmes, sin titubeo,guardan la frontera, dan paz al deseo. Los alfiles cortan, con ángulos fieles, sus pasos en diagonal, creando sus lazos, mientras los peones, humildes y pequeños, se juegan al todo con pasos risueños. Me enseñó que cada pieza es vida, en esta prisión, un ciclo de lucha, de pura tensión,el juego del ajedrez, eterno reflejo de la lucha interna en cada consejo. Al final del juego, tu rey cae, en sombra y frío,mientras el vencedor, entre sombras, sonríe. Pero al mover las piezas, se recuerda, que todo es un juego, donde siempre se espera. Porque la Escuela de Ajedrez de tsunagari no sólo me enseñó ajedrez, me enseño a VIVIR.