Reseñas de Old Gods Rising

Old Gods Rising no tiene ni pies ni cabeza. La mayor parte de las dos horas y media que dura el juego te las pasas mirando estatuas que ¿homenajean? películas y videojuegos de toda índole, sin ningún tipo de patrón reconocible. El resto del tiempo lo dedicas a hacer llamadas de teléfono a todos los números que encuentras escritos en carteles a lo largo del escenario y a 'resolver' un par de puzles sin dificultad. Al menos te ríes bastante cuando, cerca del final del juego, te dicen que hay algo que 'solo tú puedes llevar a cabo' y resulta que consiste en caminar dos minutos y mirar una estatua. Una pena.