Reseñas de Tiny and Big: Grandpa's Leftovers

Un juego de plataformas y puzles en tres dimensiones cuya principal peculiaridad es el uso de una serie de herramientas, para cortar o desplazar partes de los elementos que conforman nuestro entorno, y así moldear un camino por el que poder avanzar. La idea es genial, una propuesta fresca y diferente para salir un poco de la formula convencional. El principal problema es su implementación. Cortar y desplazar parte del entorno para avanzar es aburrido y tedioso por tres motivos claves. El primero es que no hace falta usar mucho la cabeza para realizar los cortes, sino que más bien consiste en una prueba y error hasta que las cosas encajen y puedas avanzar. Un montón de veces hubiese preferido tener un doble salto, o un salto más alto, para evitar tener que calcular hacer otro corte y así poder abarcar esa pequeña franja que me queda para llegar a mi objetivo. Es una mecánica que no vuelve más interesante, desafiante o divertido nuestro avance por el juego, sino que lo entorpece o lo ralentiza de una forma innecesaria. El segundo motivo es que a veces es difícil prever como se van a comportar las físicas de los objetos, lo que desemboca en muertes un poco injustas o perder elementos que quizás eran o no necesarios para avanzar, y que el jugador pueda experimentar una no muy gratificante sensación de soft/hardlockeo. En este juego se presentan muchas situaciones que escapan de tu control y eso nunca es agradable. El último punto es que sus controles no son consistentes. Personalmente me encanta jugar plataformeros con mando, y este juego no iba a ser la excepción. Si bien el plataformeo no está nada mal, marcar los cortes con el stick derecho es un proceso muy impreciso y lento. Por el contrario, hacerlos con el mouse es mucho más rápido, cómodo y vuelve trivial los ataques de los jefes (cosa que no está bien tampoco). Plataformear con teclado y mouse no es algo que me guste mucho, así que para algunas cosas me sentí más cómodo usando control y para otras teclado/mouse. La historia en este tipo de juegos suele no ser muy relevante, y aunque muchas veces te pueden dar una sorpresa, este no va a ser el caso. Es una experiencia corta y desenfadada, con poco carisma que no me terminó de quitar el sueño. No consiguió sacarme una sola sonrisa, y sus personajes carecen por completo de personalidad. Una vez lo termine de jugar, probablemente a los pocos segundos me olvide de sus nombres (y eso que están en el título del juego). Para resumir, es un juego aburrido en general que al terminar cada nivel, internamente deseé ansioso que fuese el último.