Reseñas de Vampire: The Masquerade — Parliament of Knives

8/10 Tras jugar las novelas interactivas de VTM (Coteries of New York y Shadows of New York) y ver que la esperada secuela no obtenía muy buenas críticas, me quedé muy decepcionada, ya que la temática y el lore de la Mascarada me había gustado mucho. Y descubrí que había dos juegos más pero eran todo texto y la idea me echó un poco para atrás. Los otros, que cuentan con música de ambiente, efectos y elementos visuales en 2D consiguen crear la atmósfera necesaria para que sea agradable y no resultes tan crítico de cara al guión. Pero he de decir que después de jugar este, palidecen en comparación. Parliament of Knives está muy bien escrito y tiene una duración bastante mayor a la de los dos anteriormente mencionados, incluso juntos. Sí que es verdad que el hecho de que no tenga gráficos por mínimos que sean es duro, es un juego muy denso, pero la historia es tan enrevesada y ofrece tantas posibilidades a nivel rol que si de verdad lo coges con ganas, lo disfrutas. Hago un inciso para decir que, al menos, deberían permitir jugar en modo noche, porque me he dejado las córneas en carne viva después de estar toda la tarde dándole. Los personajes me han gustado bastante y, POR FIN, hay romanceito. Salseito weno. Algo que me parece esencial y completamente natural y que es un aspecto del que carecían los juegos que he dicho antes. Creo que es un muy buen juego que se beneficiaría de una adaptación con gráficos en 2D. Mejor aún sería un RPG completo, pero todos sabemos que eso es mucho más complicado y, con la calidad narrativa y la amplitud de variables que tiene esta historia, requeriría de una financiación brutal. Estaríamos hablando fácilmente de un Baldur's Gate III en vampiros (ojalá). Y lo digo porque lo poco que he visto del Bloodlines II que están haciendo me da la sensación de ser un juego que podría haber salido en 2015 pero no 2025. En cualquier caso, ha sido un gustazo jugarlo, me lo he pasado guay a pesar de tener que parpadear 5 veces por segundo por sequedad ocular.